Los primeros perros europeos desaparecieron con la llegada del Neolítico

Los inventores de la agricultura y la ganadería que llegaron a Europa desde Oriente Medio parece que lo hicieron bien acompañados. Como explica Jason Daley en Smithsonian.com, hace 9.000 años, además de venir con sus cultivos, sus ganados y sus hortalizas, ¡llegaron con sus perros!

Pero esta bucólica imagen de familias neolíticas viajando hasta Europa con sus perritos tiene un reverso algo tenebroso para las mascotas de los cazadores-recolectores del viejo continente. Según los resultados obtenidos en un estudio reciente, los perros nativos fueron poco a poco desapareciendo sustituidos por los que trajeron aquellos primeros granjeros.

Cánido en Siega Verde, Salamanca
Grabado de un cánido en el yacimiento paleolítico de Siega Verde, Salamanca (Foto: Alfonso M. Corral).

Para llegar a esta conclusión, los científicos analizaron el ADN mitocondrial de 99 perros hallados en 37 yacimientos que datan desde el Paleolítico Superior hasta la Edad del Bronce. Lo primero que vieron fue que los perros de los yacimientos europeos eran del denominado haplotipo C y los de Oriente Medio del D. Curiosamente, hace unos nueve o seis mil años, los perros del haplotipo C empezaron a desaparecer de Europa y fueron poco a poco remplazados por los del D, los que tenían los granjeros neolíticos. De hecho, en el norte y oeste de Europa el haplotipo C existe todavía hasta bien entrado el Calcolítico.

Para las principales autoras de este estudio, las científicas del Centre National de la Recherche Scientifique francés (CNRS) Anne Tresset y Morgane Ollivier, está claro que «los perros fueron un elemento esencial en la expansión neolítica» junto con el ganado o los cultivos.

Yacimiento Eynan
Mujer natufiense enterrada hace 14.000 años con su mano sobre un cachorro en el yacimiento de Eynan, Israel (Foto: The Israel Museum, Jerusalén).

Pero los perros estaban ya con los europeos hace 15.000 años y no hay por el momento ningún dato que indique que estuvieran peor adaptados que los que llegaron con estos granjeros. Por ello, la explicación más plausible de su desaparición es lo que cuenta otro de los autores de este trabajo, el catedrático de Universidad de Oxford Greger Larson: «Amamos a nuestros perros y a menudo los usamos para definirnos a nosotros mismos. Así que no sería una sorpresa si los cazadores-recolectores europeos tuvieran un tipo de perro y los granjeros de Oriente Medio otro completamente diferente».

Si sucedía como en la actualidad, sus perros serían casi un miembro de la familia y los ganaderos preferirían siempre a sus propios cachorros. No es nada raro, algo similar volvió a ocurrir tras la llegada a América de los europeos. ¡Apenas quedan restos genéticos de los perros precolombinos!

Referencias:

  • M Ollivier, A Tresset, LAF Frantz, S Bréhard, A Bălăşescu, M Mashkour, A Boroneanţ, M Pionnier-Capitan, O Lebrasseur, RM Arbogast, L Bartosiewicz, K Debue, R Rabinovich, MV Sablin, G Larson, C Hänni, C Hitte, JD Vigne. Dogs accompanied humans during the Neolithic expansion into Europe. Biol Lett. 2018; 14(10): 20180286.
  • O Thalmann, B Shapiro, P Cui, VJ Schuenemann, SK Sawyer, DL Greenfield, MB Germonpré, MV Sablin, F López-Giráldez, X  Domingo-Roura, H Napierala, HP Uerpmann, DM Loponte, AA Acosta, L Giemsch, RW Schmitz, B Worthington, JE Buikstra, A Druzhkova, AS Graphodatsky, ND Ovodov, N Wahlberg, AH Freedman, RM Schweizer, KP Koepfli, JA Leonard, M Meyer, J Krause, S Pääbo, RE Green, RK Wayne. Complete mitochondrial genomes of ancient canids suggest a European origin of domestic dogs. Science. 2013; 342(6160): 871-874.