Hacía muchos años que no disfrutaba tanto con un libro. Este tiene aventuras, emoción, paisajes espectaculares ¡y mucha, mucha Ciencia! Aunque parezca un libro de ficción no deja de ser una exaltación de la curiosidad humana y de la capacidad de supervivencia gracias al conocimiento, gracias a la ciencia.
Tras una evacuación de emergencia, los compañeros de Mark Watney le abandonan en Marte pensando que está muerto. Pero ha sobrevivido y ni los víveres ni el oxígeno que le quedan son suficientes para esperar a que le rescaten.
A pesar de ello se pone manos a la obra y gracias a su inteligencia y sus conocimientos científicos irá aumentando poco a poco sus posibilidades de supervivencia. El buen ánimo y el sentido del humor del protagonista le ayudarán en los momentos en los que todo se estropea y tiene que volver a empezar.
Me encantan como es capaz en un momento dado de ponerse en contacto con la Tierra y la estrategia que utiliza para producir sus propias cosechas, es sencillamente épica. Como colofón, el viaje que con paciencia realiza en el planeta rojo con los pocos recursos de los que dispone.
Como decía al principio, un homenaje a la Ciencia que me ha hecho recuperar la pasión por la lectura.
Por cierto, es una novela de ciencia ficción, pero tiene un montón de divulgación científica.
A mí también me encantó, un libro estupendo.