Cuando se ausentaba de casa todos los pensamientos melancólicos volvían a mi cabeza, pero desde que volvió algunos tristes siguen. Al menos mi corazón no está turbado. Tengo la tranquilidad de creer en el Señor. Aunque nuestras opiniones sobre el tema más importante difieren ampliamente no me atrevo a preguntar a Charley su opinión al respecto. No quiero interrumpir su escritura. ¡Es sobre el acontecimiento más importante de su vida!