Recreo

Esas alas de plástico servían para volar y eran más importantes que la opinión de los niños del cole.

Estaba harto de luchar contra superhéroes y de bajar todos los jueves a las profundidades donde habitaban aquellos monstruos. Si lo pensaran bien, se darían cuenta de que Pin y Pon podían salvarse solas. A él, a pesar de las risitas, le gustaban las flores.

Ahora, con sus nuevos apéndices, ya no era un robot. Por fin era una mariposa.