Según algunos especialistas, las medidas de confinamiento adoptadas contra el coronavirus habrían reducido la temporada de gripe en el hemisferio norte unas seis semanas.
Habitualmente, la temporada de gripe comienza en el hemisferio norte a mediados de noviembre, tiene un pico fuerte alrededor de febrero y se suele ir acabando en mayo. Con los datos que hay en FluNet de los análisis realizados en 71 países del hemisferio norte, parece que esta temporada ha tenido un descenso más abrupto de lo habitual. Comparado con temporadas anteriores, podría significar que han muerto de gripe decenas de miles de personas menos que otros años. El hecho de que el descenso se haya producido tras las medidas de confinamiento adoptadas en muchos países indicaría que las precauciones que hemos tomado (confinamiento, distancia de seguridad y medidas de higiene) sí que son efectivas contra los virus respiratorios.
Sin embargo, mirando los datos de España, no parece que este haya sido el caso en nuestro país. Como se puede apreciar en la gráfica de abajo, nuestro pico suele ser unas semanas antes. Cuando empezamos a quedarnos en casa, lavarnos con frecuencia las manos y toser en el codo, la gripe ya estaba en claro retroceso. De hecho, aunque esta temporada ha sido bastante mejor que las dos anteriores, tan solo es un poquito mejor que la 2016-2017 que, aunque en la gráfica está en verde, apenas podemos verla por caer sus datos justo detrás de los de este año.