Aunque es muy criticado, el sistema educativo español es tremendamente efectivo a la hora de enseñarnos a contestar: independientemente de nuestro comportamiento real, sabemos qué responder cuando se nos pregunta. Y qué mejor ejemplo que la noticia sobre cambio climático que hace unos días nos contaba que el 91 % de los españoles pedía que la ciencia primara sobre la política.
Según el barómetro del Real Instituto Elcano Los españoles ante el cambio climático, casi el 60 % de los españoles estaría dispuesto a pagar más en el impuesto de circulación para prevenir el cambio climático y sus efectos. Eso sí, los que vivimos al norte de Madrid seguimos atascando la carretera de entrada todas las mañanas en lugar de usar el tren. Es como lo de la bula esa, que si pagabas podías comer carne los viernes. Total, si solo tengo un coche.
Haz lo que te digo, no lo que hago
Respecto a la pregunta sobre la mayor amenaza a la que se enfrenta el mundo, el 56 % respondió que el cambio climático. Pero eso no nos impide andar por casa en manga corta en pleno invierno. Yo en mi casa me visto como quiero.
A los autores del informe les parece muy significativo que el 91 % de los encuestados opine que las tesis científicas deben prevalecer sobre las opiniones de los políticos, pero a mí me lo parece más que nos empecemos a quejar en cuanto un ayuntamiento nos impide circular por una zona de bajas emisiones. Eso sí, a la hora de contestar, el 81 % de nosotros no dudaremos en decir que los gobiernos deben incorporar «normas más ambiciosas en reducción de emisiones».
Dentro del amplio apoyo del que goza la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, destaca el 71 % de los españoles de acuerdo con que el estado financie nuevas formas de energía. ¿Se encontraría alguno de ellos entre el millar de manifestantes que protestaron contra la instalación de 22 molinos de viento en Montanchez? De todos modos, por 22 molinos más o menos no vamos a arreglar un problema global, ¿verdad?
¡Balones fuera!
Independientemente de que hayamos aprendido a contestar con las respuestas que se esperan de nosotros, este tipo de encuestas me hacen pensar que, en el fondo, lo que queremos es que nos dejen tranquilos y que otros resuelvan nuestros problemas. Cuando respondemos, nuestro mensaje principal es que vale, que la cosa está mal, pero que es el gobierno el que debe arreglarlo. No me importa si hay que gastar más dinero o poner leyes más latosas. Yo le doy la razón a los científicos o a quien haga falta. Vamos, que los políticos no pongan a la opinión pública como escusa que yo ya he dado a los encuestadores la respuesta correcta.
La clave está en que me dejen en paz. Que hagan lo que tengan que hacer, pero que no me pregunten más. Total, si voy a seguir haciendo lo que me dé la gana.