La vida en cuatro letras – Carlos López-Otín

El bioquímico oscense Carlos López Otín empieza a escribir La vida en cuatro letras (Paidós, 2019) como autoayuda para superar una situación profesional que le ha causado una tremenda depresión. Los lectores podemos acompañarle mientras trata de responder si «llevamos la felicidad escrita en nuestros genes».

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Me ha gustado mucho el enfoque que López-Otín le ha dado al libro. No es una mera explicación de conocimientos científicos, es un relato personal de su vida como científico y como persona. No todo es ciencia en la vida de los que nos dedicamos a la investigación y él lo presenta de un modo muy claro. Nos explica qué le interesa como científico y qué le emociona. Y en este último aspecto no está solo el descubrir cómo funcionan los seres vivos, también hay libros, amistades, música o filosofía. De hecho, el libro viene con su propia lista de canciones (las he organizado en Youtube por si alguien quiere escucharlas según vaya leyendo el libro).

En el momento en el que le ataca la depresión, Carlos López-Otín se pregunta qué le está pasando. Pero a nivel molecular. Quiere saber qué moléculas o qué genes le están causando esa tristeza tan profunda.

Las cuatro letras de la vida son las cuatro moléculas que López-Otín nos explica que llevan la información genética: adenina, timina, guanosina y citosina (A, T, G y C). Información que él lleva estudiando desde hace más de 20 años para poder conocer las causas de enfermedades como el cáncer o la progeria. Y es que los defectos en ese y otros lenguajes de la vida son los causantes de las enfermedades y, por tanto, de la ausencia de felicidad.

La explicación de estos lenguajes (genómica, epigenómica, metagenómica…) será el hilo conductor del libro. Siempre con ejemplos de su propia experiencia como investigador. Además, podemos ver cómo funciona la mente de un científico, cómo le surgen las preguntas y qué hace para responderlas. Como bioquímico, este es el aspecto que más me ha gustado del libro. Los conocimientos ya los tenía, pero sus explicaciones y ejemplos creo que hacen que sea un libro interesante tanto para quienes tienen conocimientos de biología y medicina como para quienes no. Me gustan particularmente, las explicaciones de las enfermedades a las que él y su grupo de investigación han conseguido aportar soluciones o información valiosa.

Al final del libro, López-Otín deja atrás la definición de felicidad como ausencia de enfermedad y busca si hay genes que nos puedan hacer felices. Con ellos, conoceremos las moléculas causantes de sensaciones tan inmateriales como el miedo o el dolor.

Un comentario

  1. Lo he leído hace 15 días y, como a ti, me ha gustado mucho. Le da una visión muy particular y personal a sus conocimientos científicos. De todas maneras, creo que es un libro que no va a comprender mucha gente, lleva un bagaje científico importante.

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