Barbi superestar

Sus deseos de comprarlo todo en Marte dejaron claro desde el principio que le gustaba viajar ligera de equipaje. Ligera de cascos, decía la abuela Luisa tras haber dejado plantado a su nieto el mismo día de la boda.

El cronista del reality se había pasado dos meses describiendo su viaje como un vil melodrama, pero ya no importaba. Era ella quien finalmente descendería a la colonia de Arsia Mons y ahora necesitaba encontrar ropa adecuada para el streptease. Mil millones de telespectadores en directo, dicen los productores. Bueno, con siete minutos de retraso.

Con el dinero del premio al menos pudo retirar a su madre.