El ejercicio aumenta la capacidad antitumoral del sistema inmune

Casi todos los órganos y tejidos de nuestro cuerpo se benefician de los efectos positivos del ejercicio. De hecho, se ha demostrado que mantenerse físicamente activo reduce el riesgo de padecer ciertos tipo de cáncer y mejora las condiciones de los pacientes oncológicos. Sin embargo, todavía no sabemos exactamente por  qué el ejercicio es antitumoral.

El ejercicio reduce el crecimiento tumoral
El ejercicio reduce el crecimiento tumoral.

Para averiguarlo, un grupo de científicos del Instituto Karolinska (Estocolmo) dirigidos por Randall Johnson puso a hacer ejercicio a ratones a los que les habían inyectado células de cáncer de mama. Además de corroborar que efectivamente los tumores eran más pequeños, descubrieron que el efecto protector está relacionado con la cantidad que tenían de un tipo específico de glóbulos blancos: los llamados linfocitos T citotóxicos.

La implicación de este tipo de células no es una sorpresa ya que son las encargadas de eliminar células infectadas o tumorales. Lamentablemente, una de las principales características de los tumores es que evitan ser detectados por el sistema inmune. En ocasiones, consiguen además frenar su función anticancerígena.

Para comprobar si el efecto protector se debía efectivamente a los linfocitos, la científica Helene Rundqvist trasplantó estas células inmunitarias a ratones que no habían hecho ejercicio. Cuando el ratón donante había hecho ejercicio, la supervivencia al cáncer del ratón receptor aumentaba. Por tanto, el ejercicio mejora la capacidad antitumoral de los linfocitos T citotóxicos.

El ejercicio cambia el metabolismo de los linfocitos

linfocitos T citotóxicos
Tres linfocitos T citotóxicos rodean a una célula tumoral (Foto: Alex Ritter/Jennifer Lippincott Schwartz/Gillian Griffiths/NIH).

Para analizar qué cambios produce el ejercicio físico en el sistema inmune, los investigadores tuvieron que aislar de la sangre los linfocitos T citotóxicos. De este modo, pudieron comprobar que cambiaba su metabolismo, estos linfocitos producían energía a partir de moléculas diferentes. Lo mejor de todo fue que descubrieron que entre los responsables se encuentra un viejo conocido de los deportistas: el ácido láctico.

Esta molécula cambia el metabolismo de las células inmunes y aumenta su capacidad antitumoral. Cuando se lo inyectaron a los ratones ¡se retrasó el crecimiento de los tumores!

Esta capacidad del sistema inmune de identificar y eliminar las células tumorales es la base de la inmunoterapia contra el cáncer. Por eso, el trabajo nos indica que la práctica de deporte sería una forma cómoda y sencilla de aumentar la capacidad de nuestros linfocitos de luchar contra los tumores.

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2 comentarios

  1. La inmunoterapia en ciertos tumores.sarcoma, lo elimina integralmente, por cierto faltan muchos estudios más al respecto. Eliminan una proteina o la bloquean a una proteina TREM2, y asi elimina por completo al tumor. #josé

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