En su último intento, ni las diez semillas que Viswambharan Sarasan se llevó al Real Jardín Botánico de Kew (Reino Unido) ni las que se quedaron en Curepipe germinaron. Y es que todos los intentos que se han llevado a cabo desde los años 80 hasta ahora han sido infructuosos. El hecho de que las flores masculinas florezcan en diferente época que las femeninas quizás haga que vaya a ser imposible que no se extinga.
De todos modos, los botánico no se rinden, un nuevo intento va a correr a cargo del científico Stéphane Buord del Conservatorio Botánico de Brest (Francia). Tienen ya el polen y cuando fertilicen los óvulos planean trasplantarlos en plantones ya enraizados de otra palmera con la esperanza de que se desarrollen los embriones de H. amaricaulis. Luego habría que seguir con los dedos cruzados esperando que siguan creciendo las palmeras de Mauricio.
Hasta que los botánicos no tengan éxito, tendremos que conformarnos con esta que es la única palmera Hyophorbe amaricaulis que queda en el mundo.
[…] palmera más solitaria del mundo. La palmera que ha recibido el poco halagüeño título de árbol más solitario del mundo se encuentra en una isla del Índico, en Mauricio, más concretamente en los Jardines Botánicos […]